La Asociación Española de Arqueología Medieval, habiendo tomado conocimiento a través de colegas arqueólogos portugueses, de miembros portugueses de nuestra Asociación y de la prensa y televisión portuguesas, del riesgo de destrucción en que se encuentran las estructuras asociadas a la antigua mezquita mayor de Lisboa, fechada en el siglo XII, sobre la cual se edificó la actual Sé-Catedral de esta ciudad, manifestamos nuestra preocupación ante la posibilidad de que esto pueda ocurrir.
Conforme ha sido divulgado, se trata de un conjunto extraordinario de 8 compartimentos del complejo religioso de la mezquita aljama entre los que sobresale el alminar, un patio y el vestíbulo de los baños con un excepcional banco corrido suspenso sobre arcos. Es notorio el carácter excepcional de los vestigios encontrados en este sitio por su monumentalidad, con muros conservados de varios metros de altura, por su extensión y por la escasez de información existente sobre la arquitectura religiosa de época almorávide en la Península Ibérica, especialmente de sus edificios anexos.
Este tipo de actuación no es propio del tradicional respeto hacia el patrimonio histórico y arqueológico que las instituciones portuguesas siempre han demostrado, como por ejemplo en el caso de la preservación de los gravados de Foz Coa, y que en España se ha tomado como modelo de buenas prácticas en la gestión cultural. Nos sorprende, aún más, que la destrucción de las estructuras esté motivada por un proyecto de puesta en valor de los vestigios arqueológicos encontrados en este lugar que, obviamente, debería proteger y no destruirlos. Es más, en este sentido, conviene recordar, que las intervenciones que se hagan en el patrimonio arqueológico deben tener como primer objetivo, sobre todo en casos como éste, el que las estructuras monumentales afectadas sean las que dicten cómo ha de ser el desarrollo de su propio proyecto de conservación y puesta en valor y no al contrario: muy mal se puede preservar, restaurar y divulgar lo que con anterioridad se ha destruido.
Por todos estos motivos, apelamos a que prevalezca la cordura y que los vestigios de las estructuras islámicas sean conservados y musealizados para que estos testimonios de un pasado común a Portugal y España puedan ser disfrutados por todos. Estamos seguros de que será posible encontrar una solución que permita, ante todo, preservar in situ todas las estructuras, tanto de la propia Sé-Catedral como de las pertenecientes a su pasado arqueológico anterior.
[VERSIÓN PORTUGUESA]
A Associação Espanhola de Arqueologia Medieval, tendo tomado conhecimento, através de colegas arqueólogos portugueses, de membros da nossa Associação e da imprensa e televisão portuguesas, do risco de destruição em que se encontram as estruturas associadas à antiga mesquita aljama de Lisboa, datada do século XII, sobre a qual foi edificada a Sé desta cidade, manifestamos a nossa preocupação ante tal eventualidade.
Conforme foi divulgado, trata-se de conjunto extraordinário de 8 compartimentos do complexo religioso da mesquita aljama entre os que se destaca o alminar, um pátio e o vestíbulo dos banhos com um excecional banco corrido suspenso sobre arcos. É notório o carácter excecional dos vestígios encontrados neste sítio pela sua monumentalidade, com muros conservados de vários metros de altura, pela sua extensão e pela diminuta informação existente sobre a arquitetura religiosa de época almorávide na Península Ibérica, especialmente dos seus edifícios anexos.
Este tipo de atuação não é habitual no tradicional respeito para com o património histórico e arqueológico que as instituições portuguesas sempre demostraram, como por exemplo no caso da preservação das gravuras de Foz Coa, e que em Espanha se toma como modelo de boas práticas na gestão cultural. Surpreende, ainda mais, que a destruição das estruturas seja motivada por um projeto de valorização dos vestígios arqueológicos encontrados neste lugar que, obviamente, deveria proteger e no destruir. Neste sentido, é conveniente recordar, que as intervenções sobre o património arqueológico devem ter como primeiro objetivo, especialmente em casos como este, que as estruturas monumentais afetadas sejam as que determinem o desenvolvimento do seu projeto de conservação e valorização e não ao invés: dificilmente pode ser preservado, restaurado e divulgado o que com anterioridade foi destruído.
Por todos estes motivos, apelamos a que prevaleça o bom senso e que os vestígios das estruturas islâmicas sejam conservados e musealizados para que os testemunhos de um passado comum a Portugal e Espanha possam ser disfrutados por todos. Estamos certos de que será possível encontrar uma solução que permita, ante todo, preservar in situ todas as estruturas, tanto da própria Sé-Catedral como as do seu passado arqueológico anterior.